Este informe realizado por el equipo técnico del Instituto de Trabajo y Producción tiene como objetivo analizar la realidad laboral provincial haciendo hincapié en las consecuencias en el mercado de trabajo de la pandemia COVID-19.
En el mismo, se analizan las consecuencias en el mercado de trabajo de la pandemia COVID-19 en la situación laboral y educativa de las/os jóvenes (15 a 24 años) desde un enfoque relacional y multidimensional, que incorpora el análisis de las brechas generacionales en la calidad del empleo y la segregación horizontal del trabajo juvenil.
Algunas conclusiones del documento
Ante la falta de oportunidades, la población juvenil tuvo que retirarse del mercado de trabajo. En el 2do trimestre de 2020, mientras regía el ASPO, es notable el abrupto descenso de la tasa de actividad en los todos los tramos de edades, pero fundamentalmente en los juveniles: para el Gran Mendoza, aproximadamente 11 p.p (puntos porcentuales) entre los grupos juveniles en comparación al 7 p.p. promedio de los grupos de edad adulta (Fuente: EPH-INDEC).
Sin embargo, los/as jóvenes sostuvieron la asistencia al sistema educativo, sobre todo las mujeres. El 48,5% de las mujeres y 41,1% de los varones jóvenes sólo estudiaban en 2019, ascendieron al 54,1% y el 45% respectivamente en 2020 (Fuente: ECV-DEIE).
En aquellos/as que permanecieron en el mercado de trabajo se acrecentaron las brechas en la informalidad laboral respecto a los/as adultos/as: a pesar de las características propias de los diversos mercados de trabajo regionales, aproximadamente 8 de cada 10 jóvenes asalariados/as no contaba con aportes a la seguridad social en 2020 (Fuente: ECV-DEIE).
En síntesis, los efectos de esta crisis sin precedentes recayeron en primera instancia en los/as jóvenes, mientras que en los indicadores en los que se registra recuperación, a la inversa, fue mucho más lenta en relación a los/as adultos/as.
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