El estudio, dirigido por científicos del Centro Nacional para la Investigación Atmosférica (NCAR, por sus siglas en inglés), en EE.UU., sugiere que en muchos casos los flujos reducidos están asociados al cambio climático. El proceso podría amenazar los suministros futuros de comida y agua en ciertas zonas del mundo.
Los científicos, que examinaron la circulación fluvial de 1948 al 2004, encontraron cambios significativos en cerca de un tercio de los ríos más grandes del mundo. De ellos, los ríos con flujo disminuido excedieron en número a aquellos con flujo incrementado, en una proporción de aproximadamente 2,5 a 1.
Algunos de los ríos por los que discurre ahora menos agua que antes abastecen a grandes poblaciones, tal como sucede con el Río Amarillo en China, el Ganges en la India, el Níger en África Occidental, y el Colorado en Estados Unidos. En cambio, los científicos constataron un incremento de flujo en ríos que atraviesan áreas escasamente pobladas cerca del Océano Ártico. Ni se puede aprovechar debidamente esa agua extra, ni allí significa nada bueno dado que se debe a que la nieve y el hielo se están fundiendo en mayor medida que décadas atrás.
La presión sobre los recursos de agua dulce está aumentando en la mayor parte del mundo, por culpa de los efectos del cambio climático pero también debido a que hay más demanda de agua a medida que aumenta la población. Como el agua dulce es un recurso vital, su tendencia a la baja constituye una gran preocupación.
Muchos factores pueden influir en la descarga de los ríos, incluyendo los diques y la extracción de agua para la agricultura y la industria. Aiguo Dai, del NCAR, autor principal del estudio, y sus colaboradores, encontraron, sin embargo, que los flujos reducidos en muchos casos parecen estar relacionados con el cambio climático global, el cual está alterando los patrones de precipitación y aumentando la tasa de evaporación. Los resultados del estudio concuerdan con los de una investigación anterior de Dai y sus colaboradores, mostrando una creciente desertización y una mayor tendencia a sequías en muchas áreas.
En conjunto, en la investigación se ha encontrado que, de 1948 al 2004, la descarga anual de agua dulce en el Océano Pacífico decayó en alrededor de un 6 por ciento, equivalente a 526 kilómetros cúbicos. El flujo anual hacia el Océano Índico decayó aproximadamente en un 3 por ciento (140 kilómetros cúbicos). Por el contrario, la descarga anual de los ríos en el Océano Ártico subió en un 10 por ciento poco más o menos (460 kilómetros cúbicos).
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