Participaron de la campaña el Dr. Oscar Papú del ICES-UNCUYO Regional Mendoza, en conjunto con la Mgter. Ing. Adriana Beatriz Guajardo y la Lic. Brom. Stella Maris Alcantú, ambas de la Facultad de Ciencias Aplicadas a la Industria (UNCUYO), del Departamento Ingeniería Química y del Departamento Biología-Alimentación Área Microbiología, respectivamente. La logística estuvo a cargo del ICES Malargüe, en la persona del Técnico César Ojeda.
Dos objetivos principales impulsaron este viaje: la recolección de muestras de líquenes con el propósito de estudiar las especies reinantes en ese lugar, para posteriormente utilizarlos como bioindicadores, y la toma de muestras de agua y sedimentos de las lagunas semipermanentes, existentes con parámetros extremos –en comparación a los normales para la mayoría de los seres vivos-, con el propósito de detectar el desarrollo de estos microorganismos extremófilos.
Líquenes
Los líquenes son organismos que por sus características fisiológicas y morfológicas son excelentes indicadores ambientales: por su susceptibilidad a los contaminantes se ven particularmente afectados por ambientes altamente contaminados como lo son las grandes ciudades y sectores altamente industrializados. El dióxido de carbono (CO2) y el dióxido de azufre (SO2) que se generan en estos lugares como efecto de la quema de materia fósil afectan grandemente la vida de los líquenes. Ya que el Volcán Peteroa genera éstos y otros tipos de gases, tal vez se pueda correlacionar el desarrollo de los líquenes con la presencia de los gases en esa zona.
El estudio de los líquenes como posibles indicadores ambientales comenzó durante el siglo XIX, pero no fue hasta mediados del siglo XX que se identificó al SO2 como el principal contaminante atmosférico que afecta el crecimiento, distribución y salud de los líquenes. Esto impulsó el desarrollo de trabajos y escritos sobre los líquenes como indicadores ambientales.
Desde el punto de vista ecológico y ambiental, los líquenes son utilizados como bioindicadores de contaminación, y debido a su particular sensibilidad a las impurezas del aire, son capaces de absorber los nutrientes y contaminantes en forma gaseosa o disuelta en agua de lluvia y almacenarlos. Esto permite que los mismos puedan emplearse para detectar diversos contaminantes y situaciones atmosféricas tales como: lluvia ácida, contaminación por metales pesados, contaminación aérea por dióxido de azufre, ácido sulfhídrico, radiación UV, entre otros.
Microorganismos extremófilos
Los extremófilos se desarrollan en condiciones extremas y letales para los humanos y la mayoría de los seres conocidos. Pueden desarrollarse a temperaturas de más de 80º C o alrededor de 0°C, en ambientes sulfurosos, ferrosos, alcalinos, ácidos o bien con radiaciones.
Su estudio permite el desarrollo de numerosas aplicaciones prácticas en sectores tan diversos como el sector alimentario, la medicina, la cosmética o la industria petrolera y minera.
Existen grupos de investigación dedicados a algunas de las diferentes aplicaciones de estos microorganismos tales como:
- Biolixiviación de minerales (catálisis microbiana de la disolución de metales a partir de minerales).
- Proceso y factibilidad de la explotación de minerales por esta metodología.
- Remediación de metales pesados utilizando procesos biológicos: solubilización de metales a partir de residuos, materiales agotados y suelos, reducción de metales tóxicos en estado de oxidación elevado y precipitación de metales.
- Desarrollo de enzimas más baratas y eficaces, gracias a su capacidad de acelerar reacciones químicas sin alterarse en condiciones extremas.
La UNCUYO participó del 16° Encuentro de la RedBioLAC en Santiago de Chile
29 de octubre de 2024