La Revolución de Mayo y la Declaración de la Independencia en Argentina, son procesos completamente relacionados entre sí, son momentos históricos sumamente importantes en nuestra historia provincial y nacional. Aunque poco se hable de las mujeres de esa época, tuvieron un rol fundamental. Hubo mujeres, con nombres y apellidos que conocemos y otros que no, que fueron idealistas, que protagonizaron la Revolución del 25 de Mayo de 1810 y la Guerra y la Declaración de la Independencia. Ellas buscaban, con esos hechos, la libertad de las mujeres y la igualdad con respecto a los varones. Sin embargo, tarda en ser lograda y aún estamos en ese proceso, dos siglos y una década después. Así lo deja entrever la historiadora especialista en Historia de las Mujeres, también docente de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNUYO e integrante del Instituto de Estudios de Género y Mujeres (Idegem), María Gabriela Vásquez.
Entre las mujeres que se dedicaron a la acción política, social y urbana durante los inicios del siglo XIX, encontramos -por ejemplo- a Mariquita Sánchez de Thompson. Vásquez afirma que, tanto con respecto a Sánchez de Thompson como a otras mujeres de la época, hay imágenes romantizadas. En el caso de esta mujer, cuya imagen evoca la historiografía tradicional para hablar de su casa, lugar en el que se cantó el Himno Nacional por primera vez, la historiadora asegura que “fue un personaje muy importante, no solamente porque en su casa se reunían, tomaban mate, comían pastelitos y también se cantaba el Himno. Era un espacio político, donde tanto mujeres como varones estaban discutiendo temas teóricos, temas políticos, temas ideológicos. Es decir, se estaba debatiendo qué es lo que iba a ocurrir y cómo se iba a llevar adelante todo el proceso revolucionario. Entonces, no es un lugar en donde exclusivamente se tomaban mates y se comían pastelitos. Verdaderamente, ahí sí se cocinaba la revolución”.
Lejos de una única imagen de la-mujer, Vásquez establece que los grupos de mujeres que fueron parte de estos procesos históricos fueron sumamente heterogéneos. Dentro del mismo, también se encuentran a las que iban “a la acción”, entendiéndose ésta como el campo de batalla. Entre ellas, una de las más reconocidas fue Juana Azurduy. Pero también hubo algunas mujeres que hacia 1810 ya tenían, en palabras de Vásquez, “una suerte de preparación en la participación contra ejércitos. Pensemos en las Invasiones Inglesas de 1806 y 1807, donde algunas mujeres de la Ciudad de Buenos Aires, también de los distintos sectores sociales, de distintas etnias, van a participar para expulsar a los ingleses del territorio. Es decir que esto va a ser como un «bautismo de fuego» para algunas mujeres, porque después las vamos a tener como partícipes en el Ejército del Norte bajo el mando de Belgrano. Pienso, por ejemplo, en la que ha sido llamada «Madre de la Patria», que es Remedios del Valle”.
La historiadora María Gabriela Vásquez observa que, para entender la Historia de las Mujeres en su heterogeneidad y en el contexto histórico de la Revolución de Mayo y de la Independencia, también vale la pena considerar y profundizar en la idea de que había mujeres que seguían siendo fieles a la Corona Española. Cabe preguntarse qué ocurría con ellas. “En muchos matrimonios -afirma Vásquez- la mujer o el varón estaba a favor de la Revolución y de la Independencia, y el otro cónyuge estaba a favor de España. Entonces, esto va a producir también choques, divisiones y también separaciones. Y otro tema tampoco muy desarrollado es qué pasaba con las mujeres, con las mujeres que estaban en contra de los revolucionarios, en contra de nuestros héroes, como San Martín, por ejemplo. También había mujeres que se oponían al Plan Libertador acá, en Mendoza, y muchas de ellas van a ser encarceladas. Como no había cárceles para mujeres en esa época, se las llevaba a conventos”.
En definitiva, los papeles que desempeñaron las mujeres en la historia de lo que era el Virreinato del Río de la Plata durante el siglo XIX fueron de los más variados. Sin embargo y sin dejar de reconocer y valorar las luchas de aquellas que pusieron cuerpo, mente y hogar para lograr la campaña libertadora; lo esencial a la hora de estudiar a las mujeres es dejar de lado la perspectiva de la esposa, la madre, la que debía permanecer en casa. Sólo así se puede llegar a una visión amplia de la heterogeneidad de mujeres que hubo tanto en esa como en cualquier otra época histórica.