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Semana de la Lactancia Materna: Reflexiones en pos de un amamantamiento deseado

Cada año, durante los primeros siete días de agosto, se conmemora la Semana Mundial de la Lactancia Materna. Desde el Instituto de Estudios de Género y Mujeres de la UNCUYO invitamos a la reflexión desde una perspectiva de los derechos de las mujeres acerca de este proceso fundamental.

03 de agosto de 2020, 13:18.

imagen Semana de la Lactancia Materna: Reflexiones en pos de un amamantamiento deseado

Lucía, hija de Claudia Bermejillo. Archivo / Sesión de fotos de Axel Lloret para Unidiversidad

Instaurada oficialmente por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y UNICEF en 1992, la primera semana de agosto se celebra la Semana Mundial de la Lactancia Materna en más de 120 países. La fecha fue elegida para conmemorar el aniversario de la Declaración de Innocenti (1990), firmada por los dos organismos mencionados, sobre la protección, el fomento y el apoyo de la lactancia materna.

Desde el Instituto Multidisciplinario de Estudios de Género y Mujeres (IDEGEM) se invita a la reflexión acerca de este tema desde una perspectiva de los derechos de las mujeres para pensar si la lactancia es un mandato, si las madres tienen una posibilidad real de elegir sobre el amamantamiento y qué tan relacionado está con el mandato de maternar. 

Convocada por el instituto, Laura Quevedo, Lic. en Obstetricia y diplomada en Lactancia Materna, consideró que dicho proceso es biocultural, ya que además de ser un acto biológico, fisiológico y parte de la adaptación de los mamíferos, necesita apoyo, contención y preparación tanto prenatal como posnatal. Para la especialista, “dar de mamar no debería ser un mandato impuesto ni un mandato a cumplir, sino una elección consciente, autónoma y singular de cada persona”. 

Por su parte, Sabrina Yañez, Dra. en Antropología y docente de la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL-UNCUYO), entiende que aún hay dos desafíos pendientes en cuanto a la lactancia materna: por un lado revelar las contradicciones y, por otro, habilitar la ambivalencia. El primer desafío se enfoca, principalmente, en el sistema de las instituciones que por un lado exigen y demandan mucho de la maternidad pero, por el otro, ofrecen apoyo escaso. En cuanto a habilitar la ambivalencia de las experiencias, observa la referenta, "es necesario tener en cuenta la existencia o no del deseo y que cada quien puede efectivamente elegir según su historia, su contexto, su vínculo con su hijx".

Victoria Pérez, Lic. en Sociología e integrante de la Organización de Mujeres Autoconvocadas y Organizadas por un Parto Respetado de Mendoza, observó que las mujeres no pueden elegir libremente sobre el amamantamiento en la sociedad en la que vivimos y que esto se debe a distintos factores: "Uno de ellos tiene que ver con la necesidad de que se promueva el acceso a la información sobre lo que implica la lactancia en todos estos espacios de salud para que la mujer que está atravesando el proceso de la lactancia pueda entenderlo como un proceso complejo, con beneficios y posibles dificultades. De esta manera, se evita la idealización y se facilita la libertad en la toma de decisiones", expresó.

Finalmente, Claudia Bermejillo, Lic. en Comunicación Social, Docente y mamá; acercó su experiencia: “Para mí, la experiencia de lactancia materna fue fundamental para construir el vínculo con mis hijes, pero fue una opción libre, acompañada de otras mujeres y otros varones, sobre todo, de mi compañero. Pero lo más importante fue que también tuve que atravesar las contradicciones de la lactancia materna como un mandato, como una exigencia de esta nueva forma de ser mamá y creo que lo más importante del camino de las nuevas maternidades y las nuevas infancias tiene que ser poder estar libres de esos mandatos”.

 

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