Cuando los brindis de bienvenida del año 2020 recién finalizaban, el contador de femicidios volvió a 0 y se puso en marcha una triste nueva cuenta regresiva. La que anualmente contabiliza cuántas mujeres, niñxs y adolescentes, cuántas personas del colectivo trans y travesti, cuantos cuerpos feminizados se va a llevar la violencia machista. Hasta el 8 de marzo, última manifestación feminista en las calles antes de que la preocupación por el virus COVID-19 llevara a tomar medidas extremas para evitar el contagio, los números ya eran preocupantes. 68 femicidios se habían producido, y durante el resto del mes de marzo se concluyó que una mujer había sido asesinada por razones de género cada 29 horas.
Este panorama se ensombreció aún más a partir del 20 de marzo, fecha en que se declaró el Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio y que llevó a enclaustrar a miles de mujeres en sus hogares junto a los agresores. Siendo aún muy pronto el tiempo como para evaluar las consecuencias en números, lo que sabemos es que se produjeron 14 femicidios en este período y la atención al 144, número de contención para casos de violencia de género, aumentó notablemente.
La emergencia sanitaria llevó a incrementar los medios a través de los cuales las víctimas de violencia de género pueden solicitar ayuda. A los ya vigentes, principalmente el 911 para urgencias y el 144 para contención y asesoramiento integral, se sumaron otras formas tradicionales y no tanto como para que el abanico de posibilidades se amplíe y adecue a cada situación.
Por su parte la Unidad Fiscal Especializada en Violencia contra las Mujeres realizó un protocolo en el marco de la pandemia para que sus fiscales entiendan que esta es una situación de excepción y por lo tanto las actuaciones en caso de violencia de género deben responder de manera asertiva.
Entre las medidas que se disponen están el desplazamiento inmediato del personal policial ante la denuncia, la exclusión del agresor del hogar y la toma de la denuncia en el domicilio para no movilizar a la víctima, y si es posible que la misma sea atendida por personal femenino. Tratar de no movilizar a las denunciantes, generalmente a cargo de niñxs pequeñxs o personas mayores, es una de las recomendaciones más importantes de este protocolo, incluso para casos de violencia sexual donde se debe convocar inmediatamente al equipo médico legista para constatar el daño en el lugar.
A continuación ofrecemos la mayoría de las formas de contacto, asegurando que todas tienen alcance provincial.