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Energía y Cambio Climático

La incorporación de las energías renovables y una política de eficiencia energética resultan importantes para reemplazar el uso de combustibles fósiles de gran contaminación como petróleo y carbón. Debemos dejar atrás la etapa de estos fósiles. Pero, el cambio climático, el mayor desafío ambiental de este siglo, nos obliga a una urgente transición energética abandonando o mudando los combustibles fósiles por combustibles menos contaminantes o renovables principalmente.

21 de diciembre de 2015, 10:59.

imagen Energía y Cambio Climático

Por Ing. Dante Bragoni
Secretario del Instituto de Energía UNCuyo


La matriz energética nacional posee una alta dependencia en los combustibles fósiles, básicamente petróleo y gas, llegando al 90% de la oferta energética total. Es un valor muy elevado que representa un gran desafío para los próximos años, deberemos hacer frente a un cambio de fuentes energéticas frente al pronunciado descenso de las actuales reservas y a la necesidad de reducir, durante las próximas décadas, las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI).

Nuestro país atraviesa un periodo crítico al haber perdido autonomía energética en materia de hidrocarburos ya que desde el ano 2010 las importaciones de esos combustibles superan a las exportaciones. Las importaciones de combustibles podrían alcanzar los 15.000 millones de dólares y todo indicaría del crecimiento de estas cifras a futuro.

La energía está teniendo hoy un protagonismo notable en el debate económico nacional y provincial.

Hasta ahora las expectativas y las iniciativas señaladas por el Gobierno Nacional para abordar esta problemática ha estado enfocadas en el desarrollo con combustibles fósiles convencionales y no convencionales. Pero esta alternativa no es fácil implementación  ni produciría resultados en el corto plazo. El aumento de la producción local de hidrocarburos requiere de importantes inversiones e implica desafío tecnológico y ambiental que el sector de petróleo y gas deberá superar. Si es de esperar actuar en la diversificación de opciones disponibles para lograr el autoabastecimiento energético con fuerte impulso a las energías renovables.

En los últimos años la participación  de los combustibles fósiles se ha incrementando en el área de generación eléctrica alcanzando el 60% del total, siendo el gas su principal componente.

El sector eléctrico es clave para la incorporación de las nuevas fuentes de energías renovables, sin embargo, la participación de estas apenas cubre en la actualidad un muy bajo porcentaje del total de la demanda eléctrica nacional.
El objetivo de incrementar la generación de nuevas fuentes resulta insuficiente dentro de una política climática nacional acorde a los objetivos globales en la materia, no se condice con los abundantes recursos renovables disponibles.

La eficiencia energética posee un importante papel en el desarrollo de un modelo energético que procure integrar significativamente las fuentes renovables y pretenda una mayor equidad energética. Existen importantes potenciales de ahorro energético en los principales sectores de la industria, del transporte y  de los consumos domestico y comercial. El uso eficiente de la energía, es una premisa básica en una política energética sostenible.

Un elemento esencial para las políticas de uso racional de la energía es aprovechar el potencial de las renovables a baja escala utilizadas por los usuarios en sistemas  integrados a la red, para cualquiera de los sistemas solares, eólicos, minihidroelectricos y biogás o biomasa. También puede participar en forma importante los sistemas solares térmicos por sus ahorros potenciales tanto de gas como electricidad. La generación renovable distribuida permite tener un sistema eficiente tanto por la reducción de la demanda de la red como por las menores perdidas en la transmisión de energía.
En Argentina las nuevas tecnologías de energías renovables cuentan desde hace poco tiempo con marcos jurídicos de apoyo y promoción. Es muy grande el potencial que posee nuestro país para aprovechar diversas fuentes renovables, como es el caso de eólica, solar, minihidro o biomasa. 

También debe señalarse que aún en las condiciones actuales, las energías renovables en Argentina son competitivas frente a los altos costos de generar energía eléctrica con combustibles importados o la importación de energía eléctrica de nuestros vecinos. La comparación de los costos de generación en base a combustibles importados muestra la conveniencia de generar en base a energías renovables, ahorrando divisas en importación de combustibles fósiles caros, e invirtiendo en fuentes renovables, limpias y que generan inversiones y empleo local.

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