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¿Cómo leer la realidad? Los indicadores no son instrumentos neutrales

El Secretario General del Instituto de Trabajo y Producción publicó una nota en el Diario Los Andes en la que reflexiona sobre la construcción de indicadores y su relación con la construcción "objetiva" de la realidad. A continuación se presenta la nota.

06 de junio de 2012, 13:50.

imagen ¿Cómo leer la realidad? Los indicadores no son instrumentos neutrales
La decisión del Ministerio de Agroindustrias y Tecnología de confeccionar el Producto Bruto Geográfico (PBG) y abandonar la elaboración de un Índice de Precios (IPC) provincial, basada en que es un indicador más relevante para la toma de decisiones de política económica local, se fundamenta en una opción ante recursos escasos. Es una pena, necesitamos los dos. 
Pero es una decisión acertada si no hay medios para hacer los dos. Además, seguro que la DEIE va a aceptar la generosa oferta del equipo que el Prof. Medawar ha dirigido desde Económicas de la UNCuyo para ayudar en la transición. Si no, siempre es volver a empezar.

Llama la atención esas reacciones extremas e ideologizadas que se alzan de inmediato, muchas veces sin una consideración seria sino como tomadas desde posiciones políticas de rechazo o adhesión. Y ambas, tan desmesuradas.

Todos ayudan: el Gobierno a veces comunicando mal, y los opositores confundiendo. Como sucede con la reciente decisión de la AFIP de pedir aclaraciones acerca de cómo se pagan los pasajes al exterior. Todos nos sentimos "agredidos", y en realidad el destinatario de la medida son algunas inescrupulosas agencias de viajes que cobran a sus clientes en dólares billetes y cancelan al BCRA con pesos al cambio oficial, y en cuotas. Obvio que tiene un efecto secundario de "temor" lo que hace que baje la demanda de pasajes al exterior y ayude a aliviar la balanza de pagos. 

Pero esto no es significativo. Como tampoco lo es el "dinero de bolsillo" que deben llevar los transportistas internacionales. E irrita. Y traba. Y encarece. Pero no se afecta la libertad de las personas que deben o quieren viajar, como otros sostienen para embarrar la cancha. 

La polémica mundial sobre los indicadores y su pertinencia 

Cuando conducimos un vehículo, miramos permanentemente el velocímetro, pero el nivel de aceite pocas veces. Siempre miramos el tránsito, el entorno, el contexto.

Respecto a los indicadores, su construcción y ponderación, su pertinencia y utilización, hay una discusión mundial. Por ejemplo, si una persona trabajó al menos una hora (¡¡) en la semana previa a ser encuestado, es ocupado y no desempleado. Es la Organización Internacional del Trabajo (OIT) quien aconseja que en el mundo se mida así, por lo que es un indicador que no nos dice mucho (es más relevante, mirar "subempleo demandante"). O si como el PBI per cápita dijera algo sustancial si no se lo pondera por poder adquisitivo y distribución del ingreso.

En Mendoza, qué buena oportunidad tenemos para ponderar elementos que no están presentes en las cifras habituales y son significativas en nuestras vidas, con sus acciones, percepciones y decisiones cotidianas.

O, hablando de percepciones, por qué en el "sentido común mendocino" la vitivinicultura es la actividad económica más importante cuando, por ejemplo, el sector Comercio y Servicios lo supera ampliamente como generador de riqueza y empleo. Ni hablar de la mala prensa del petróleo y la minería. Es grande la influencia que los medios de comunicación tienen. En otro orden, el Premio Nobel Krugman siempre destaca la mala prensa internacional de la Argentina. ¿Por qué no se habla de Islandia ni de los fracasos en el mejor alumno Irlanda? ¿O la buena prensa del modelo chileno, cuando están irrumpiendo los "pies de barro" del "jaguar"? 

Percepciones y expectativas son parte de la realidad pero la parte no es el todo. Sin negar que la realidad es una construcción social, no miramos las cosas como son, sino cómo somos. También las expectativas son instrumentos de la política monetaria y de los lobbies e intereses que sobre ella presionan.

Por eso son importantes los indicadores y también mirar a nuestro alrededor. 

"Nuestro PBI tiene en cuenta, en sus cálculos, la contaminación atmosférica, la publicidad del tabaco y las ambulancias que van a recoger a los heridos de nuestras autopistas. Registra los costos de los sistemas de seguridad que instalamos para proteger nuestros hogares y las cárceles en las que encerramos a los que logran irrumpir en ellos. Conlleva la destrucción de nuestros bosques? y su sustitución por urbanizaciones descontroladas. Incluye la producción de napalm, armas nucleares y vehículos blindados que utiliza nuestra policía antidisturbios para reprimir los estallidos de descontento urbano? En cambio, el PBI no refleja la salud de nuestros hijos, la calidad de nuestra educación ni el grado de diversión de nuestros juegos. 

No mide la belleza de nuestra poesía ni la solidez de nuestros matrimonios. No se preocupa de evaluar la calidad de nuestros debates políticos ni la integridad de nuestros representantes. No toma en consideración nuestro valor, sabiduría o cultura. Nada dice de nuestra compasión ni de la dedicación a nuestro país. En una palabra: el PBI lo mide todo excepto lo que hace que valga la pena vivir la vida" (Robert Kennedy, 28/03/1968). 

Otros desafíos

La Unión Europea está aconsejando a América Latina, entre otras cosas, incorporar en sus mediciones económicas el peso de la economía social (Informe de Febrero 2012).

Ése es un déficit no sólo de Mendoza sino de Argentina, América Latina y casi todo el mundo. Asimismo, los teóricos de esta disciplina (como Chávez, Wautiez, B Soares, Melo Lisboa) nos advierten:
 
"La naturaleza multifacética (económica, social, política, psicológica) de los problemas... condiciona al economista social a abordar la realidad de una manera holística, considerando al ser humano en el centro del desarrollo, superando el mito que el crecimiento económico y la modernización tecnológica es lo único trascendente, sino que... la riqueza también proviene de la participación democrática, de la calidad de las relaciones sociales, del aire y del agua, de la paz, del nivel cultural y el grado de acceso a buenos servicios públicos. Si estos recursos no se contabilizan, no se puede evaluar. Por eso la disputa que los nuevos' indicadores traban con los ?antiguos' es, ante todo, un reflejo de una confrontación ética en el campo de los valores y la construcción de estos nuevos indicadores ? deben reflejar la mirada social".

El enorme desafío que enfrentamos para construir una sociedad que nos incluye a todos, requiere de instrumentos y guías que lo permitan. 

Trabajemos en ese sentido.

Fuente: Diario Los Andes del 06 de junio de 2012
URL de la nota: http://www.losandes.com.ar/notas/2012/6/6/como-leer-realidad-indicadores-instrumentos-neutrales-646774.asp

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